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Gance

Ultima Cronica

Ultima Cronica La crónica comienza así:
Entramos al pasillo con nuestras libretas - *apunto mi lápiz para redactar lo que seria una nota intransigente.
El lugar era muy sucio, cucarachas peleaban por su territorio con las invasivas ratas del lugar; Las interminables tablas que formaban el piso crujían y la mugre y polvo salía de entre ellas. Identificamos el apartamento por una extraña inscripción en la puerta escrita con brutales cuchilladas ESTO NO ES AQUÍ.
Golpeamos la puerta, mas allá del asco que nos producía hacerlo, y sonó a madera podrida, y miles de bichitos que luego reconocí termitas, salían por entre agujeros que componían esta puerta—esperamos unos prudentes segundos antes de volver a golpear-
Afilamos la oreja como esperando divisar algún sonido que inculpe que en aquel lugar había alguien.
Nada, solo un sonido de No signal, de un televisor. Insistimos con un golpe mas y la puerta callo redondamente hacia adentro levantando una impenetrable muralla de tierra.
El polvo bajo y vimos un sillón que apuntaba hacia la ventana, y los brazos de alguien que asomaban por entre los costados, seguramente dormido.
Extrañados que después del estallido de la puerta no se hubiese percatado de la situación.
Con una voz muy suavecita me limite a llamarlo.
Señor…. Señor Arnaldo??...
Nada pasaba..
Es usted señor Arnaldo Gance? Somos del diario del pueblo venimos a hacerle una nota.
Nada….
En las proximidades de aquel viejísimo sillón se hallaba un pequeño revistero que soportaba una pila de cuadernos y lápices tirados por sus costados.
Cautelosos nos acercamos hasta ver aquella imagen que se fundiría en mis retinas hasta hoy. La expresión de aquel pútrido señor era la de un niño que desengañado por algún cuento, deja ceder a la tristeza. Pero por algún motivo, sus ojos transmitían una extraña paz y una esperanzadora sensación de regreso.
En sus manos tenia un cuaderno donde corrían carreras gusanos felices por aquel banquete. Me cubrí la nariz para evitar el vomitivo hedor, y trate de quitar de sus manos el cuaderno. Una de sus manos no me dejaba apoderar del escrito, tire hasta que se desprendió, y su mano ya no formaba parte del todo.
Leí aquel que parecía un apunte, e inmediatamente después de leerlo salí de aquel lugar espantado. Jamás volví a entrevistar a personajes de aquella calaña.
El cuaderno, decía simplemente.
No te preocupes si me encuentras tú, solo estoy descansando para aclarar mis ideas, pero te prometo que cuando regrese, charlaremos.
Firmaba con improlija rúbrica –
Arnaldo Carlos Gance, pianista-sordo y loco.
Soy Juan Urtado, Cronista del Diario Stil.

4 comentarios

Gance -

Hee, Hermana Maria benelux, ya volvi, pero de a poco. Cortitos e inefectivos, como me gust ami.
Un beso grande benelux.

lau geluk -

gance esperaremos tu regreso,que en este exilio descances y puedas hacer tus cosas con calma.
hasta siempre....tu hna. maria benelux gance

Gance -

si. La idea es callarme un rato. Pero si hacen una juntada, de una que me prendo (si me invitan, claro)
SaluD

BCloud -

Volvé pronto Gance.